Martutxa Casares
Dibujo desde que tengo memoria, se convirtió en un refugio y finalmente en mi profesión. Nací en Madrid pero hace ya cinco años que instalé mi estudio en Altea, a la orilla de mi querido mediterráneo donde tengo un contacto directo con la naturaleza que beneficia enormemente mi obra.
Siempre quise probar también el barro, y ampliar con él mi imaginario en 3d, sin perder esa alma orgánica que tanto me gusta. Gracias al Taller Lecuona llevo dos años aprendiendo en una maravillosa singladura y participando en esta iniciativa tan bonita que es el regreso de las gárgolas.
Anfitrite
En la antigua Grecia Anfítrite es la diosa del mar en calma, ha surgido en barro como guardiana del Mediterráneo y planteando la incógnita de si a medida que transcurran los meses se irá degradando. Representa la unión y relación que tenemos con el mar, en la que a medida que se contamina y cambia lo hacemos nosotros. Pero lejos de querer hacer hincapié en la ansiedad climática que nos azota, viene a recordar que nunca fuimos tantos humanos conscientes del daño que estamos haciendo a nuestros océanos, y de que formamos parte de la misma naturaleza que podemos cuidar, o dejar que nos destruya. Espero que genere las preguntas adecuadas y al contemplarla también remueva los puntos necesarios de contradicción interna que nos habita a todos. Que ella inquiete y a la vez anime con sus colores a recordar que aún estamos a tiempo de cambiar el futuro negro que viene, que somos una legión de preocupados y que es posible. El proceso para crear esta pieza no ha partido sobre una idea clara, ha sido un proceso de búsqueda entre el barro y la improvisación en el que ha surgido de una manera natural. Los elementos naturalmente marinos que la forman, una vez termine la exposición serán limpiados y devueltos a su hábitat natural.